¿Peor la cura que la enfermedad? Descubra la medida de seguridad que está creando nuevos problemas en la criptocomunidad

La norma KYC (Know Your Costumer – Conoce a Tu Cliente), se ha incorporado a las reglamentaciones de varias casas de bolsa descentralizadas. Aunque al inicio esta medida no fue muy popular entre los inversores de criptomonedas, al final optaron por aceptarla.
Sin embargo, reguladores empezaron a exigir KYC para los crowdsale, lo que agitó a los participantes del criptomercado. Lo que inició siendo una medida para brindarle legitimidad la las ICO (Initial Coin Offering – Oferta Incial de Moneda), terminó distorsionándose a algo ilegal.
Por las dificultades que existen para sacar los requisitos KYC, personas han empezado a ofrecer ese servicio de manera clandestina. Parecido a los niños que quieren sacar identificaciones falsas para comprar alcohol, estos piratas ofrecen a sus clientes el mismo servicio, pero aplicado a la normativa.
Los servicios son ofrecidos normalmente por los canales de Telegram dedicados a la compra y venta de estas identificaciones, donde se muestran los requisitos para poder iniciar el procedimiento. Únicamente requiere de tres cosas: escaneo del pasaporte, una autofoto con el pasaporte y un extracto bancario. Su precio está alrededor de 50 dólares por identificación.
Las ICO también pueden correr peligro, ya que si un inversor, cuyos datos están a merced de un criminal cibernético, participa activamente de la Oferta Inicial de Moneda, el agresor podría sabotearla. “Varios proyectos se han visto comprometidos a través de la piratería de terceros que manejan su KYC, mientras que a otros se les ha filtrado su lista de correo”, según Bitcoin News.
Aunque las intensiones al colocar la norma KYC para los crowdsale eran buenas, sus resultados han sido un poco catastróficos. Por ello, se debería analizar si realmente es una buena idea mantener esa normativa y empezar a desarrollar medidas para hacer frente a la nueva problemática que se ha creado.