Con un volumen mensual equivalente al 3.5% del PIB nacional, la stablecoin y la fintech se consolidan como herramientas clave para resguardar el poder adquisitivo en medio del colapso del bolívar.
Venezuela enfrenta una inflación proyectada de 269.9% en 2025, según el FMI, en un contexto donde el bolívar ha perdido un 290% de su valor frente al dólar este año. Frente a este escenario, dos herramientas han emergido como un salvavidas para la población: la stablecoin USDT y la plataforma de crédito Cashea.
La dolarización tecnológica gana terreno mientras el uso del dólar físico disminuye. Datos de Ecoanalítica revelan que las transacciones en efectivo en divisas cayeron un 37% en el primer semestre de 2025. Paralelamente, USDT se ha integrado en comercios y operaciones P2P, cotizándose hasta un 50% por encima de la tasa oficial del BCV.
Por su parte, Cashea procesa mensualmente más de $300 millones en créditos, alcanzando al 40% de los usuarios de fintech en el país. Su modelo «compre ahora, pague después» permite adquirir bienes dolarizados con pagos fraccionados en moneda local o estable, restaurando una forma de crédito que la banca tradicional no puede ofrecer.
Economistas como Daniel Arráez destacan que este binomio «palea el efecto inflacionario», permitiendo a los venezolanos navegar la crisis con mayor estabilidad. Aunque no reemplaza la solidez económica perdida, esta combinación redefine cómo los ciudadanos enfrentan la hiperinflación, ofreciendo un mecanismo práctico para proteger sus ahorros y acceso al crédito.
CRIPTOMONEDASEICO puede cometer errores, haz tu propia investigación (DYOR). Esto no es una asesoría financiera.























